viernes, 4 de diciembre de 2009

Sueño II

He escuchado a un muerto desde la cabina de mi cuarto
fundidos los lenguajes, el vivo no sabe responder.
El muerto pretende descorchar las botellas en su aniversario
aquellos años en que yo olvidé su decir
y el modo en que finalmente se fue callando.
El muerto no es trágico, ni querido,
es un muerto que sigue en pie persiguiéndome en el sueño.
Al muerto le florecen sus hijos, sus generaciones
que ya nunca le besaran su rostro.
A veces cuando le desdibujo, su tez se asemeja en el espejo a mi tez y su frío al frío de mis huesos.
Y me digo:
Solo no es querido lo que ha envejecido y en su presencia la luz se mantiene intacta.


Elena Conchello.

1 comentario:

  1. Tus versos no admiten comentarios, hay una fuerza y una profundidad en ellos que cualquier cosa que diga está demás.
    También estuve por aquí, también aquí te dejo un beso...

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