domingo, 26 de enero de 2014

"El espacio de la palabra debe ser amplio" Nezami.


He sabido que lo quería todo y también nada.
He sabido que yo, era un yo sin declinaciones.
¿Soportaría un yo no comprenderse y otro yo de igual envergadura?

YO a oscuras, YO famélico de compañía, tristemente impregnado de ayer y pasado.
YO  que se ha callado en la queja, la llantina a solas y se muestra incapaz de sus deberes.
YO que se ha vaciado y nunca pudo serse fiel y amistoso en la dureza del reflejo y la mente despreocupada.

YO me cuesta escribir, porque también YO es inventarse, es redimir el presente y precipitarlo a una posibilidad donde YO se destiña lentamente y se envuelva en múltiples personajes.
Porque también haber YO dejado de escribir, significó un día YO dejar de amarte, quizás aún pago un precio muy alto.

¿Qué o quién me dicta llamar a las palabras?

Tú, el que eres, y no sabes de dónde vienes, ni a dónde te aproximas.
Tú que me llevas buscando y  contradiciendo, la aspiración de ser, no de tenerte, sino de ser de ti, el aliento, la comezón y finalmente lo que esperabas.

Sin saber quién es el que escribe.



Elena Conchello.