Corazón, corazón, si te turban pesares
invencibles, ¡arriba!, resístele al contrario
ofreciéndole el pecho de frente, y al ardid
del enemigo opónte con firmeza.
Y si sales vencedor, disimula, corazón, no te ufanes,
ni, de salir vencido, te envilezcas llorando
en casa. No les dejes que importen demasiado
a tu dicha en los éxitos , tu pena en los fracasos.
Comprende que en la vida impera la alternancia.
Arquíloco.
Del libro, "Líricos griegos arcaicos" Autor: Juan Ferraté. Ed.Acantilado.
domingo, 6 de diciembre de 2009
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