domingo, 6 de diciembre de 2009

Líricos griegos arcaicos de los siglos VII y VI a.C.

Si fuésemos sensatos, el que muere no nos ocuparía más de un día.

Siendo tan largo el tiempo de estar muertos, vivimos malamente pocos años.

No hay nadie sin reproche, ni sin daño.


Semónides.


Temo que sea faltándole a los dioses
como obtendré la estima de los hombres.


Ibico.



Se desvanece, cuando un hombre muere, todo el favor que le otorgaba el mundo.

Estesícoro.



Pues aquellos a quienes yo quiero bien, de todos son los que más me dañan.

Viniste, y yo te quería;
y helaste mi corazón encendido de deseo.

No sé qué hacer: mi pensamiento es doble.


Safo.



La muerte alcanza incluso al que evita el combate.

Sin pena los dioses hurtan las inteligencia del hombre.


Simónides.



Todo a un mortal se lo hacen su esfuerzo y su humano cuidado.

Te busco sin dejar de hacer presagios.

Pues de verdad, a ti te estrangula el amigo.


Arquíloco.


Quien quiera luchar que luche: se puede.

Otra vez quiero y no quiero y deliro y no deliro.


Anacreonte.



Del libro, "Líricos griegos arcaicos" Autor: Juan Ferraté. Ed.Acantilado.

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