martes, 1 de noviembre de 2011

Sueño XXXIII

Hay días donde todas las verdades del hombre, aúllan sin piedad en mi mente y sólo me dejan un despertar vencido por la fuerza de su mensaje.


Ni tan sólo un ruido al marcharte
sólo un atrás en adelante
como quien nadara sin corriente,
huecos intentos de una orilla a otra
eres otro que jamás alcanzaré.

Despierto lentamente
en este laberinto donde un para siempre nos dejó sin frutos.
No sé decirte,
cuales ramas de mis huesos se han secado
cómo me podré ayudar,
hacer ese gesto con simpleza
y no caer en ningún nuevo juego
seguir ardiendo de las ramas secas
y limpiarme los sentidos de estos ojos muertos.


Elena Conchello.

2 comentarios:

  1. Supongo que habrás comprendido, querida amiga, que si no comente más gente tus poemas es porque no te ven por ahí o porque no perdonan la falta de correspondencia. Sólo los carentes de orgullo volvemos siempre encantados. Me gustaría que la gente dejase más comentarios en tus vivos y limpios poemas.
    Un gran abrazo.
    Creo que alguna persona no supo ver en el poema anterior que era lo tuyo y que lo de ¿Clarisse? Eso es bastante indicativo de la calidad de tu trabajo. Quizá también haya personas celosas o envidiosas de la capacidad ajena.

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  2. Gracias por tu correspondencia y tu presencia Mateo,seguimos trabajando con la poesía.

    Un abrazo.

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