domingo, 15 de mayo de 2011

Sueño XXIX

Una fuerte pasión no se ampara bajo inútiles quejas
en flácidas respuestas.

Una fuerte pasión es contener los aullidos del salvaje
sin que el corazón se rompa,
es llorar si es preciso,
frente al secreto que llevan los pájaros a las nubes.

Es reconocer, sí, lo siento, soy ignorante, mortal,
y no puedo sola el presente.

Es determinar hasta cuando serás una carga
como pasado o experiencia.

Es no ceder a la animalidad
y el absurdo espionaje al que nos sometemos.

Es dejar de pensar que sería mejor,
es nacer en la sed del sediento, en la crecida del río
en la próxima decisión que nuestra vida tome.


Elena Conchello.